IV Encuentro Nacional de Vigilantes y Monitores Ambientales Comunitarios de Perú

Durante los días 22, 23 y 24 de marzo de 2023, varios Comités de Vigilancia Ambiental de GRUFIDES participaron en ‘El IV Encuentro Nacional de Vigilantes y Monitores Ambientales’ en Ayacucho junto a comités de las regiones de La Libertad, Pasco, Junín, Ayacucho, Chosica -Lima, Apurímac, Cusco, Moquegua y Puno.

El objetivo fue fortalecer nuestras capacidades y compartir experiencias de monitoreo del agua en zonas afectadas por la mineria. La delegación de Cajamarca fue la más numerosa de las presentes en el encuentro.

Para el Día Mundial del Agua visitamos la comunidad de Santa Fe, provincia de Cangallo, en las montañas de Ayacucho, a unos 4.500 metros de altitud. Allí, en una poderosa muestra de esperanza y desafío ante el impacto destructivo de la minería a gran escala en nuestras comunidades, representantes de las regiones de todo el Perú hicieron una ofrenda al lago y cantaron canciones de protesta.

Río que discurre junto a la comunidad de Sante Fe, en el que los comités de varias regiones realizaron varias pruebas para controlar la calidad del agua. Derechos de autor de la foto: CATAPA

Después, practicamos diferentes metodologías de monitoreo del agua a lo largo de un tramo del río que fluye junto a la comunidad de Santa Fe.

Aunque los resultados indicaron que el río está limpio y apto para el consumo, durante el encuentro se reveló que toda la zona de Sante Fe está concesionada a la empresa minera BHP, sin el conocimiento de la comunidad local. Según CooperAcción, el 27,8% de toda la región de Ayacucho está concesionada a empresas mineras, incluyendo al menos el 16% de la provincia de Cangallo, en la que se encuentra Santa Fe.

Mapa de concesiones mineras, región de Ayacucho, 2022. Derechos de autor de la foto: CooperAcción, 2022.

Durante los días siguientes, planificamos acciones para el próximo año y discutimos medidas para escalar y fortalecer nuestro movimiento a nivel nacional y regional de Cajamarca para el Derecho a Decir Sí al Agua y No a la Minería.

También se discutió la crisis política actual, particularmente en relación a la minería. Según Jaime Borda de Red Muqui, los primeros cien días de Dina Boluarte han visto una reactivación de la industria minera, con la amenaza inminente de que proyectos mineros abandonados como Conga podrían ser reactivados

Frente a esto, los representantes presentes lanzaron una declaración conjunta con varias demandas, entre ellas: la denuncia de los 49 asesinatos de hermanas y hermanos peruanos cometidos por parte de la policía y las fuerzas armadas, el reconocimiento por ley del trabajo y resultados de los comités de vigilancia del agua, la renunciación de Dina Boluarte, la convocatoria de nuevas elecciones generales y el inicio de un proceso constituyente con participación activa de los pueblos originarios y organizaciones sociales. Se puede leer la declaración completa aquí.

Paso a paso, a través de iniciativas como los comités de monitoreo del agua, las comunidades afectadas por la minería están aprendiendo más sobre nuestros ríos y sobre cómo podemos cuidarlos y protegerlos. 

Somos defensores y guardianes del agua que nos da la vida. Las instituciones estatales deben respetarlo y reconocerlo, y trabajar con nosotros para proteger nuestros recursos hídricos para las generaciones venideras.

Artículo escrito por Connor Cashell, CATAPA Global Engagement Officer Perú y voluntario de GRUFIDES.

Bibliografía 

 

Día Mundial del Agua: defendamos nuestro derecho al agua potable

Representantes de la comunidad de La Lucma siguiendo la ruta de uno de sus ríos locales. Derechos de autor de la foto: CATAPA.

Cada año, desde 1993, se celebra el Día Mundial del Agua para concienciar sobre la crisis mundial del acceso al agua y actuar en defensa de nuestros derechos.

Según la ONU, más de 2.000 millones de personas siguen sin tener acceso a agua potable. La situación es crítica en la provincia de Cajamarca, una de las regiones de Perú con mayor número de viviendas sin acceso a agua potable. El 42% de las viviendas de la ciudad de Cajamarca carecen de acceso a agua apta para el consumo humano.

Una de las causas que impiden a los cajamarquinos acceder a su derecho fundamental al agua es la minería a gran escala… Entre finales de octubre y principios de noviembre de 2022, toda la ciudad de Cajamarca sufrió una grave escasez de agua potable. Según varios informes, esto fue causado por una disminución en el suministro de agua de la represa de Río Grande, controlada por la empresa minera Yanacocha. Durante este tiempo, varios ciudadanos y periodistas denunciaron haber visto agua muy contaminada y peces muertos en la zona de captación de la presa de Río Grande.

En este contexto, GRUFIDES y CATAPA han estado trabajando juntos desde 2020 en una serie de proyectos que tienen como objetivo proporcionar a las comunidades locales afectadas por la minería las herramientas para crear sus propios comités para monitorear la calidad de sus ríos.

Este proyecto ha sido esencial para construir la autonomía y el conocimiento de las comunidades locales dentro de Cajamarca para tomar el control del monitoreo de su suministro de agua y exigir el derecho al agua potable segura y saludable a las autoridades locales. En lugar de laboratorios o agencias gubernamentales, esto pone el poder y el conocimiento directamente en manos de las comunidades locales para cuidar de sus ríos y tomar decisiones colectivas en defensa de sus territorios.

¿Quién conoce mejor sus tierras y sus ríos que las comunidades que han vivido allí durante generaciones?

Bambamarca: la construcción del conocimiento colectivo y el Derecho a Decir No

Estos comités de vigilancia del agua han actuado como catalizadores de la resistencia organizada de las comunidades contra nuevos proyectos mineros. En marzo de 2023, GRUFIDES visitó la comunidad de La Lucma en Bambamarca, a pocas horas al norte de la ciudad de Cajamarca. En una reunión muy emotiva, representantes de la comunidad local compartieron sus experiencias y participaron en un taller de monitoreo del agua. Varios testimonios afirmaron que numerosos proyectos mineros han causado que haya altos niveles de contaminación de sus ríos, infectando a los niños con envenenamiento por mercurio e impactando en la agricultura de la que depende su sustento.

Como parte de la visita, el grupo recogió varias muestras a lo largo de un tramo de treinta metros del río. El proceso de recogida de muestras es muy accesible y sencillo en la práctica. Los participantes recogen colectivamente muestras de agua en varios puntos del río con una malla. La tierra del fondo de la red se vierte luego en una bandeja larga, para analizar qué macroinvertebrados bentónicos (animales acuáticos sin columna vertebral que pueden verse sin usar un microscopio) están presentes. La presencia de determinados macroinvertebrados es un indicador importante de la calidad del agua, ya que algunos sólo pueden sobrevivir en agua dulce y limpia, o viceversa en condiciones muy contaminadas.

Desde el primer momento quedó claro que el río estaba muy contaminado por los proyectos mineros. El río era de color naranja, con un fuerte olor de productos químicos. De hecho, la presencia de macroinvertebrados en las muestras era nula. El río está tan contaminado que nada es capaz de sobrevivir en el agua de la que depende toda la comunidad de Bambamarca.

Grupo de la comunidad local de La Lucma supervisando las condiciones de su río local. Derechos de autor de la foto: CATAPA.

Tras el proceso de recogida, el grupo volvió a reunirse para registrar los resultados, compartir sus testimonios y decidir colectivamente el camino. Los representantes firmaron un acuerdo en el que declaraban que llevarían los resultados a la comunidad en general para impulsar la organización colectiva de varios comités de vigilancia del agua que se declaren su derecho a decir no a nuevas invasiones de las actividades mineras y exigieran a las autoridades locales que tomen medidas.

Próximos pasos: organización para la defensa de los territorios y el derecho al agua potable

Con motivo del Día Mundial del Agua, GRUFIDES convocará un foro de diálogo en la ciudad de Cajamarca para proporcionar una plataforma para que los defensores del agua compartan sus testimonios, analicen la crisis del agua y exijan el derecho al agua limpia y segura en Cajamarca.

Los comités de vigilancia del agua de todo Perú también se reunirán en Ayacucho del 21 al 25 de marzo para compartir experiencias, comparar metodologías y fortalecer la capacidad de los movimientos que luchan por el acceso al agua potable en sus territorios.

Artículo escrito por Connor Cashell, actual GECO (Global Engagement CATAPA officer) en Cajamarca, Perú.

 

Bibliografía

Instituto Nacional de Estadistica e Informatica, Perú (2020). Perú: Formas de Acceso al Agua y Saneamiento Básico. (Accessed: 20 March 2023)

MAS-Cajamarca (2014) Niña recita hermoso poema contra proyecto Conga (Cajamarca) 6 August. (Accessed 20 March 2023)

Stakeholders Sostenibilidad (2022) ‘Cajamarca, la tierra de Pedro Castillo, sufre por falta de agua potable’, 2 November 2022, Stakeholders. (Accessed: 20 March 2023).

United Nations (2023) Dia Mundial del Agua, 22 Marzo. (Accessed: 20 March 2023).

Art as a Form of Protest – Peru

Art as a Form of Protest – Peru

As all neighboring countries of Peru are stuck or have been stuck in violent protests recently, Peru seems calm. Cajamarca, known for its huge protests to stop the mining project of Conga, seems calm.

Those protests happened only about 7 years ago, in 2011 and 2012, and still have a special taste in everyone’s mouth. Everyone in Cajamarca today has lived them profoundly. Everyone has somehow been part of the cruel protests. But looking at Cajamarca now, it seems like the idea of protesting has died. It seems like people have quietly accepted legal and illegal mining activity in the region. For example, there seems to be no reaction to the new mining project Michiquillay of the company Southern Copper, which they hope to start using in 2022. And there is very little reaction to the contamination of the Valle de Condebamba, where vegetables most Cajamarquinos eat get produced and are severely contaminated with toxic metals.

Why is that? Why do people stay calm? Is it because there are too many protests in Peru? Because they got tired? Because of the number of social conflicts that never get resolved? Because of the 279 people that died defending human rights until 2018 in Peru? Because of the horrible criminalization of protests in Peru in all its forms – both direct attacks as methods like states of emergency? Because of the memory of the horrible protests in 2012?

All very good reasons to not take to the streets anymore. But the truth is – the protests have never really stopped. They have just taken different forms.


Silent protests

Calm, silent protests are happening everywhere. Protesting doesn’t mean aggression. Protesting means showing how things can be different, making people think, for example through art, photo exhibitions, music, whatever you feel like. Protesting can be as silent or as violent as you want it to be. It’s your fight.

So yes, people in Cajamarca – or in Peru – might be tired of protest marches. It’s easy to see that the protest marches for women rights are smaller every year. The three climate change actions we’ve organized this year shrunk every time, and in June, when bull fights came back to Cajamarca after years, we were just a small group screaming outside of the arena holding up cardboards and getting laughed at.

But almost no one came to see the bull fights. The stadium was empty, which made the government cancel the second day of fights. And isn’t that a sign that Cajamarca doesn’t want bull fights anymore? Isn’t just not showing up a form of protest too? Isn’t silent protest, protest too?


Cross boundaries

Protest is what you want it to be. And using art as a form of protest isn’t something new. In fact, it represents the way of protesting in Peru. In the world. And all through history.

It’s said that art as a form of protest or activism was first seen with Dada, an anti-war movement which openly outed critiques to the First World War. Picasso protested with paintings based on for example the Spanish Civil War. The Vietnam War formed a base for many works of art in the sixties, and also gender issues, feminism, immigrant problems, and so on, got addressed through art. And then we haven’t even mentioned Banksy yet with all his work on all kinds of global issues, or the Russian feminist punk-rock band Pussy Riot that dealt with themes as feminism, freedom of speech, LGBT+ rights, etcetera, through their music.

Art is political, and art can be a powerful weapon. Art can make you think about things you hadn’t thought about before. Art can make a political statement, can be some sort of critique on a political or social situation. Art often looks up boundaries, or crosses them.


Art and activism

Also during the awful protests against mining project Conga in 2011 and 2012, art was used. The Plaza de Armas in Cajamarca changed into an art gallery, there were concerts, people were singing and dancing on the street. The Marcha del Agua towards Lima was beautiful with everyone singing together. And that has never stopped. That’s still part of Peru’s – or Cajamarca’s – culture. Art is protest.

As Carlos, founder of an environmental organization in Cajamarca says: “Art has a great impact on people. People get conscious about the environment, and on top of that about the beauty of the art and the people.” Art has an incredibly creative power to move people emotionally, while activism sets a goal, shows us the social or political change we need to see in the world. Art moves a feeling, while activism creates an effect. And in order to make that change, in order to get that effect, we need some sort of stimulation. We need to be moved. Emotionally. Art and activism combined, can lead to many, many things.

On top of that, art used as a form of protest, outside of actual protest marches or political spaces, gets you a surprise effect. It makes people think about serious, maybe political, issues, without them maybe realizing it. It gets in your mind, and slowly, gets you to that effect activism wants to reach.


Changing minds

Murals for example, big paintings on walls, are widely used as a form of protest or activism in Cajamarca and in Peru. In the province of Celendín the streets are full of colourful walls. And also in Cajamarca the city is covered in painted walls, leaving powerful messages. Something we could already see in the beginning of the 20th century in Mexico.

And I have to admit, while painting one of those murals, thinking about the load of work waiting for me on my desk, I did think to myself that I could use my time better. That I could actually do something useful to help the environment, instead of just paint. That I shouldn’t waste my time painting a wall with a message probably no one would read. But was I wrong. All the people passing by that day stopped to check out our message. To see what it was about. And still very often, as I walk passed that wall, I see people talking about the painting. Maybe the mural didn’t gain the change immediately. But it is changing people’s minds, slowly, daily, firmly.

The same happened when we used a beautiful Cajamarcan tradition as a form of activism. On Corpus Christi, the whole Plaza de Armas gets covered in alfombras, or flower carpets. We focused on animal rights and protested against the bull fights with our carpet, whereas some others used it to address gender inequality, for example. And in between the beautiful art works, those pieces of art showing some sort of social or political issue, were the alfombras where most people stood around, discussing what they saw. Not what was actually there, but what they saw, what it meant to them, what they understood the message was. It made people rethink their own actions.


Happiness in protest

And that’s not all. Ecological fairs keep popping out of the ground like mushrooms, focusing on economic alternatives to mining and environmental issues, and that way making passengers-by think about the impact of mining activity without them realizing that’s what it’s about. Wakes are organized to mourn the death of our environment, combined with a beautiful piano concert, to focus on environmental issues in a different way. Theatres are held all through town showing the effects of gender inequality or climate change. Movie nights focusing on social themes are a big thing.

The lyrics to the typical cheerful carnival music of Cajamarca get changed to songs defending human rights and are being sung whenever the opportunity shows.

A few weeks ago a protest action was held at Cerro Quilish. Only about 30 people showed up, hiking to the top of the mountain from where you could look out over Yanacocha. But those 30 people brought up their giant speaker, singing and dancing their way up. And after the talk on top of the mountain, the volume of that same speaker was turned up a bit more.

People opened their bags, uncovering bowls of food, giving everyone a spoonful of whatever they had brought. Sharing. Dancing. Singing. Turning a protest into a beautiful moment together, showing their strength, their traditions, their bond. Showing they are one. Unstoppable. Finding happiness in protest.


Beautiful protests

There’s loads of centers that open their doors for all kind of social movement or activity, for free, supporting artists. There’s a cultural magazine made entirely by volunteers that also hold events every few weeks addressing for example topics as cultural identity, traditions, history. There’s movies or poetry in Quechua to make people rethink their roots and history. There’s dozens of bands in Cajamarca singing about animal rights or human rights or violence against women or any topic you can think of.

Lots of youth organizations take charge and organize fun activities for all ages such as actions on recycling with quiz questions and prices to win. Photo exhibitions focus on what nature should look like and shows the work of different human and environmental right defenders.

Of course, protesting is hard in Peru. And it’s sad that there’s still so much to protest about. But at least we know it will always be here, in its own way. And protesting can be so, so beautiful.

There’s resistance. There’s hope. In all its forms. Don’t underestimate the power of art. And don’t underestimate Cajamarca.