El colapso del depósito de residuos en la planta "Armijos", propiedad de la empresa ecuatoriana Austro Gold Ltda. (Foto: Diario "El Mercurio").

Colapsa un depósito de residuos en la provincia del Azuay, Ecuador

Colapsa un depósito de residuos en la provincia del Azuay, Ecuador

 

La reciente rotura de una presa de relaves en Ecuador pone en evidencia una vez más el daño potencial que un país podría sufrir si el gobierno continúa promoviendo proyectos de minería y la extracción de metales. Es obvio que los pocos beneficios económicos no compensan el considerable impacto social y ambiental.

El jueves, 2 de julio de 2020, se derrumbó el muro de contención de una piscina que almacenaba residuos de una planta minera ubicada en la provincia Azuay, en el sur de Ecuador. Como consecuencia fueron liberados más de 50 toneladas de desechos tóxicos en el río Tenguel. El accidente se produjo en el cantón Ponce Enríquez donde fue afectada directamente la comunidad de Santa Martha. El derrame de residuos sucedió en la planta “Armijos”, propiedad de la empresa ecuatoriana Austro Gold Ltda., que actualmente ha suspendido las actividades mineras en el sitio del accidente.

El Ministerio de Energía y Recursos No Renovables de Ecuador informó en un comunicado oficial del 3 de julio de que se estaban realizando inspecciones en la región para evaluar el daño ambiental causado por el derrame. En su comunicado, el Ministerio desestima los impactos y mantiene el discurso en favor de la minería ¨responsable¨ en Ecuador. Las autoridades locales también restan importancia a los acontecimientos actuales. El alcalde de la ciudad Ponce Enríquez sigue convencido de que se pueden llevar a cabo actividades mineras sin contaminar el agua.

Varias organizaciones medioambientales junto a otras de derechos humanos señalan que el reciente colapso del depósito de residuos deja claro de que la minería ¨responsable”, defendida por el gobierno ecuatoriano, no es posible. Las 50 toneladas de sedimentos tóxicos que desembocaron en el río Tenguel ponen en evidencia la ¨insostenibilidad¨ de la industria minera, a pesar de que, en este caso, está dentro del marco legal.

La contaminación del río Tenguel afectó tanto a las comunidades como a los organismos acuáticos (Foto: Diario "El Mercurio").

La mina en Ponce Enríquez, explotada por la empresa Austro Gold Ltda., es relativamente pequeña comparada con estratégicos megaproyectos mineros dentro del país como El Mirador o la Fruta del Norte. Sin embargo, los expertos en medio ambiente interpretan los recientes acontecimientos en Ponce Enríquez como una señal de advertencia para el potencial efecto devastador que pueden causar los grandes proyectos mineros, como lo demuestra el reciente desastre en Brumadinho (Brasil, enero de 2019).

Los expertos señalan que en comparación con El Mirador – un proyecto de extracción de cobre a gran escala en la provincia de Zamora Chinchipe – las 50 toneladas de residuos químicos que contaminaron el medio ambiente en Ponce Enríquez equivalen a la cantidad de residuos que la mina El Mirador pronto va a producir en tan sólo 1 minuto y 13 segundos de su funcionamiento.

La mina Mirador inició su primera fase de producción en julio de 2019 y espera poder procesar unas 60.000 toneladas de material rocoso a diario, de las cuales 58.800 toneladas serán residuos tóxicos. En el caso de que se produjera un derrame de residuos en El Mirador, el impacto sería desolador. Los científicos ya han advertido claramente sobre los riesgos de este megaproyecto, cuya presa de relaves con unos 260 m de altura actualmente se está construyendo en una zona geofísicamente inestable por causa de las abundantes precipitaciones y el alto riesgo sísmico.

Imagen por satélite del Proyecto Mirador y de la infraestructura minera prevista (Fuente: maaproject.org).

El gobierno ecuatoriano y las empresas mineras tienen la obligación y la responsabilidad de llevar a cabo la rehabilitación de las fuentes de agua afectadas. No obstante, el daño social y ambiental en el Azuay ya está hecho, lo que ha afectado a la vida acuática y a las comunidades cuya vivencia depende del río.

La posición actual del gobierno ecuatoriano es promocionar el sector minero como la solución a las dificultades económicas a las que se enfrenta el país. La industria minera ha sido impulsada durante el periodo de cuarentena por el COVID-19 y al mismo tiempo se considera una estrategia a seguir después de la pandemia. Sin embargo, esta política no tiene en cuenta las impactos económicos, sociales y ambientales de la actividad minera, así como lo demuestran de una manera brutal los recientes acontecimientos en Ponce Enríquez.

Minería en Azuay: una historia de David contra Goliat

Minería en Azuay: una historia de David contra Goliat

Azuay, una provincia del sur del Ecuador con Cuenca como capital provincial histórica y cultural, se ha convertido rápidamente en una región emblemática en la lucha contra la minería.

En el cantón de Girón, en la provincia de Azuay, el 24 de marzo de 2019 se organizó una consulta pública (Consulta Popular) sobre el proyecto minero a gran escala Loma Larga. Un acontecimiento histórico porque fue el primer referéndum local en Ecuador sobre una actividad minera.

Durante la Consulta Popular en Girón, se les preguntó a los habitantes si estaban de acuerdo o no con la extracción de oro en el Páramo de Kimsacocha, ubicado en el Parque Nacional Cajas. Un páramo es un ecosistema frágil en la Cordillera de los Andes que es vital para el abastecimiento de agua en la región y en el país.

El resultado del referéndum fue convincente: El 87% de la comunidad prefirió el agua al oro y dijo “si a la vida, no a la minería”. Un precedente importante en Ecuador ya que, después de esta victoria, otras provincias trataron de hacer lo mismo. Imbabura y Carchi, dos provincias del norte de Ecuador, presentaron recientemente una solicitud de Consulta Popular, pero lamentablemente ha sido rechazada por la Corte Constitucional ecuatoriana.

También en términos de liderazgo político, la importancia de la provincia de Azuay no debe ser subestimada. En mayo de 2019 los habitantes eligieron a Yaku Pérez Guartambel como nuevo prefecto. Desde entonces, Yaku ha dirigido el gobierno autónomo de la provincia de Azuay.

Yaku Pérez es conocido por sus fuertes declaraciones contra el sector minero y su ambición de despejar legalmente la provincia de Azuay de la minería de metales, en particular mediante la organización de referéndums. Rápidamente, Yaku Pérez se convirtió en una figura simbólica en el país.

Yaku Pérez at the demonstration in Quito, 16 September 2019 © Iván Castaneira

Un problema constitucional

Tras la victoria del referéndum en el cantón de Girón, Yaku Pérez convocó a un referéndum general sobre las actividades mineras en la provincia de Azuay. Esta cuestión fue sometida a la Corte Constitucional, pero después de una audiencia el 17 de septiembre de 2019, esta solicitud ha sido rechazada.

Pérez expresó claramente su descontento con la naturaleza de la audiencia. Según él, el Presidente del Tribunal debe celebrar una audiencia pública antes de tomar una decisión, como es habitual en asuntos constitucionales. “Queremos una audiencia pública para poder mirar a los jueces a los ojos y hablar con el corazón. Demostrar de forma fáctica y legal la necesidad de una consulta pública”, según Pérez.

Demonstration in front of Constitutional Court in Quito, 17 September 2019 © Iván Castaneira

Además, existe un conflicto de intereses dentro de la Corte. Uno de los jueces constitucionales, el Dr. Ramiro Ávila Santamaría, no pudo participar en la audiencia debido a declaraciones anteriores contra el extractivismo. Otros jueces, que claramente tienen vínculos con el sector minero, fueron autorizados a participar. La Jueza Carmen Corral es abogada de Solines Asociados, una firma de abogados que brinda asesoría y apoyo a las empresas mineras. Otra jueza, Hilda Nugues, es miembro del comité de mediación de la Cámara de Comercio de Guayaquil, que se ha pronunciado en contra del referéndum.

Está claro que hay mucha presión por parte del gobierno nacional y de las grandes multinacionales. Existe una gran preocupación por lo ocurrido en Girón y temor por el resultado de estos referendos a nivel provincial y nacional.

'SOMOS AGUA', demonstrators from Azuay in Quito, 16 September 2019 © Iván Castaneira

Campaña contra Yaku Pérez

No es casualidad que, el mismo día de la audiencia, el sector pro-minería distribuyera una campaña en Twitter en la que atacaron a Yaku Pérez.

Alegaron que Pérez había tenido concesiones mineras en el período entre 1999 y 2000 porque su nombre fue encontrado en el registro minero.

Yaku Pérez rechazó este argumento. En ese momento, como abogado, había firmado documentos para la extracción de arena y piedras para trabajos de construcción en la provincia. Este tipo de minería también está registrada, pero no se refiere a la minería de metales.

La batalla continúa

Tras la decisión negativa del Tribunal Constitucional, Pérez anunció que intensificaría la resistencia y abriría una puerta más amplia organizando un referéndum a nivel nacional.

La Constitución ecuatoriana reconoce a la Consulta Popular como una iniciativa ciudadana legal. Sin embargo, la industria minera y el gobierno ecuatoriano argumentan que las consultas locales sobre minería no pueden tener lugar porque los recursos naturales en el subsuelo son un asunto de interés nacional.

'SOMOS AGUA', demonstrators from Azuay in Quito, 16 September 2019 © Iván Castaneira

Además, la Constitución establece que los poderes de los diversos órganos políticos no son exclusivos, sino competitivos. “Usted puede ser el dueño de lo que hay en el subsuelo, pero tiene que pasar por encima de la tierra”, dice la abogada Verónica Potes, experta en derecho ambiental y derechos humanos.

“Es una batalla de David contra Goliat”, dice Yaku Pérez, “No somos muchos, pero tenemos la verdad, la razón y la legitimidad a nuestro favor. Continuamos la resistencia y si es necesario, denunciaremos este asunto ante los tribunales internacionales”.