Nuestra historia
CATAPA Galerij
2003-2007: desde BelBol hasta los inicios de CATAPA como movimiento en Flandes
La historia de CATAPA comienza en 2003 con la fundación de BelBol, el precursor de CATAPA. La organización se orienta hacia la protección de las comunidades locales afectadas por la industria minera a gran escala en Bolivia. En los años siguientes, estas actividades se expanden a Perú y Guatemala. En julio de 2005, ‘BelBol’ cambia su nombre a una asociación real llamada CATAPA, que significa “Comité Académico Técnico de Asesoramiento a Problemas Ambientales”.
En los primeros años, el trabajo de CATAPA se centra en apoyar a sus colaboradores en América Latina. Mientras tanto, CATAPA amplia sus actividades a la investigación, la creación de redes, la sensibilización y la presión política. Se desarra la organización interna, con la creación de cinco grupos de trabajo (Perú, Bolivia, Redes y presión política, Educación y Comunicación e Investigación) guiados por el Equipo de coordinación.
En los primeros años de operación, CATAPA toma forma alrededor de los siguientes objetivos centrales:
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- La formación de un movimiento decisivo y novedoso en Flandes sobre la globalización y el desarrollo sostenible a través de la actividad social;
- El abordaje de temas relacionados con las materias primas y específicamente con los problemas relacionados con la industria minera en América Latina.
2008-2011: CATAPA crece
En 2008, CATAPA se convierte en una organización oficial sin fines de lucro y se compromete a una mayor institucionalización, con nuevos grupos de trabajo y voluntarios, un extenso programa educativo y una mayor participación de los voluntarios, aprendices y estudiantes de doctorado o escribiendo su tesis. CATAPA recibe apoyo creciente por parte de organizaciones, instituciones, municipios y provincias, y adquiere una mayor visibilidad pública a través de debates y conferencias.
Cada vez es más evidente que los problemas en América Latina están relacionados con lo que está sucediendo aquí. Los consumidores, productores y responsables políticos en Flandes son co-rresponsables no solo de las violaciones de los derechos humanos, el abuso ecológico y todo tipo de problemas sociales en América Latina, sino también de las soluciones y alternativas presentadas por las comunidades locales. Es por eso que la organización se centra en gran medida en la educación y la sensibilización en Flandes en los próximos años. La campaña en 2010 llamada Minería en el Paraíso fue un punto culminante. Esta campaña internacional se centró en apoyar a los habitantes de cuatro provincias del norte de Perú para contrarrestar la construcción de un proyecto minero en su territorio.
Mientras tanto, las actividades en las áreas afectadas por la industria minera no se detienen. CATAPA inicia discusiones exploratorias en Honduras y refuerza sus actividades en Perú, Guatemala y Bolivia. Nuestra razón de existencia se vuelve trágicamente clara una vez más en 2019: el conflicto de materias primas en Bagua (norte de Perú) se convierte en un baño de sangre, con un saldo de 34 muertos. Los Catapistas presentes durante la masacre compartieron el suceso con la prensa mundial y lograron, entre otras cosas, que el gobierno belga exigiera una investigación crítica al gobierno Peruano.
2011-2017: Campañas en Flandes y nuevas colaboraciones
2011 es para CATAPA un año de innovación y refuerzo del personal profesional. Por primera vez, un nuevo coordinador general toma el control de la gestión diaria y dirige dos campañas sucesivas: Oro: ¿justo? y la Generación Transición.
La campaña Oro: ¿justo? fue una inciativa de CATAPA, Ecolife y Netwerk Bewust Verbruiken que duró tres años. Fue una campaña de sensibilización y presión política sobre el impacto negativo de la industria de extracción aurífera en el Sur y sobre el actual consumo y producción de metales en el Norte. Se creó una red de presión política con respecto a alternativas sostenibles para la minería de oro en el Sur, que involucrba a campesinos, académicos y a la industria. La campaña demostró que la explotación del oro causa injusticia extrema, especialmente para las comunidades locales y agrícolas.
Desde el 1 de septiembre 2011 hasta el 31 de agosto 2014 se llevaron a cabo acciones, talleres, se escribieron artículos, se recolectaron teléfonos móviles viejos, se motivó a joyeros a que vendieran oro de comercio justo… Pero nuestra campaña Oro: ¿justo? ha finalizado tras tres productivos años. Pero esto no quiere decir que vayamos a olvidar el mensaje de Oro: ¿justo?: el impacto de la explotación de oro a gran escala es enorme tanto para el medioambiente como para las comunidades y, además, se puede ver en muchos lugares del mundo, incluso en Europa, donde aún hoy se trata en ocasiones de abrir nuevas minas a cielo abierto. Tenemos que continuar luchando y hacer lo máximo posible para reducir las consecuencias negativas de la minería. Para esto te invitamos a que recicles tus teléfonos móviles antiguos, a que elijas un banco que no invierta en minería y a que defiendas los derechos de personas que sufren las consecuencias sociales y medioambientales de la minería de oro.
Generación Transición (2014-2017) es la campaña que sigue a Oro:¿justo? y nace de la idea de que las generaciones de jóvenes adultos que formarán parte del mercado laboral hasta 2050 y son los actores que deberán llevar a cabo la transición hacia otra economía. En colaboración con universidades y centros de formación, se equipó a estudiantes y adolescentes con perspectivas de formación y acciones concretas con vistas a la transición hacia una economía mundial sostenible. Un enfoque adicional fue la interacción de nuestra economía con los recursos limitados y no renovables como el petróleo, el gas, los minerales y los metales.
Más allá de la dicotomía Norte-Sur
En el mismo período, las colaboraciones de CATAPA obtienen una dinámica nueva. En los años 2011 y 2012 llegan a su fin las colaboraciones con Honduras y Guatemala. En Honduras, una situación política delicada se interpone en el camino de un trabajo sostenible y seguro en temas relacionados con materias primas. En cuanto a Guatemala, socios más grandes se encargan de continuar con el caso de la mina Marlin. Mientras tanto, las actividades en Perú se trasladan de Jaén, donde trabajábamos con Vima, a Cajamarca, donde apoyamos a la ONG Grufides y al movimiento de base Plataforma Interinstitucional Celendina (PIC) en su labor contra la mina de oro Yanacocha y los planes de desarrollo a gran escala de Conga. Además, CATAPA se vuelve más activa en Europa. Desde 2014 existe un enfoque específico en los problemas relacionados con la minería en Rosia Montana en Rumanía y en Skouries en Grecia. Un año después, CATAPA se asocia con COSAJUCA, un movimiento juvenil que colabora con las comunidades agrícolas locales amenazadas por el proyecto megalómano minero de La Colosa en Tolima, Colombia.
2017-Actualidad: La industria minera como desafío global y tecnológico
Desde hace varios años, nuestras operaciones se han visto dominadas por la tecnología. Cada vez nos centramos más en el impacto del hardware de las TIC (teléfonos inteligentes, ordenadores y portátiles). La extracción de metales y minerales necesarios para la producción de este hardware suele ir acompañada de violaciones de los derechos humanos y destrucción ecológica. El ensamblaje de ordenadores portátiles y teléfonos inteligentes tiene lugar en países con salarios bajos, donde no se respetan los derechos laborales; y el diseño de las TIC no está orientado a la reutilización de los componentes, por lo que no suelen tener una segunda vida. Por ello, a finales de 2017 se puso en marcha el proyecto Make ICT Fair. En este proyecto trabajamos junto con 10 socios europeos para lograr un sistema más sostenible en el que se respeten los derechos humanos y el medio ambiente en toda la cadena de producción y suministro de las TIC. El trabajo de CATAPA se centra principalmente en concienciar sobre las consecuencias del consumo de las TIC y las posibles alternativas. También alentamos a los organismos públicos a que presten más atención a los aspectos sociales y medioambientales en su política de contratación de TIC.
Por otra parte, Fair ICT Flanders se centra en los grandes consumidores de TIC en Flandes. El proyecto no se dirige a individuos, sino a empresas, gobiernos e instituciones de educación superior. Así, estas instituciones reciben apoyo y ayuda en la adopción de medidas concretas hacia una política justa y circular de compra y procesamiento de las TIC. Para realizar esto ofrecemos, entre otras cosas, una trayectoria de aprendizaje detallada, el desarrollo de una caja de herramientas y una orientación a medida para las organizaciones piloto.
El proyecto NEMO, que se puso en marcha en mayo de 2018, también se centra en la tecnología. Junto con algunos socios europeos, este proyecto pretende introducir una nueva tecnología respetuosa con el medio ambiente para el reciclaje de residuos mineros. El proyecto se centra en dos estudios de caso: la mina de Sotkamo en Finlandia y la mina de Las Cruces en España. Dentro del proyecto, CATAPA representa la perspectiva de las comunidades locales sobre las actividades mineras y las nuevas tecnologías.
Además de este nuevo enfoque en la tecnología en Bélgica y Europa, también hay desarrollos en América Latina. En 2018, CATAPA expande sus operaciones en Perú a la Amazonía, donde comienza a trabajar con el Instituto Chaikuni sobre el impacto de la extracción de petróleo. También se establece en enero de 2019 una nueva asociación en Ecuador. Con Acción Ecológica, ahora también estamos monitoreando el proyecto minero de cobre “El Mirador”.
Mientras tanto, CATAPA se ha convertido en un sólido actor global a través de redes internacionales como “Sí a la vida, No a la minería” y los proyectos europeos Make ICT Fair y NEMO, y estamos ampliando continuamente nuestra experiencia en el ciclo del metal.